lunes, 28 de mayo de 2012

Cuando te pido que escuches




Cuando te pido que escuches
y te pones a darme consejos,
no estás haciendo lo que te pido.

Cuando te pido que me escuches
y te pones a decirme por qué no debería sentirme de ese modo,
estás hiriendo mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches
y te parece que debes hacer algo para solucionar mi problema,
me has fallado, por extraño que parezca.

¡Escucha!
Sólo pedía que escucharas;
 no que hablaras o hicieras algo,
sólo oírme…

Puedo valerme por mi mismo,
no estoy indefenso.

Cuando haces algo por mí
que puedo y necesito hacer yo mismo,
 incrementas mi temor y mi
sensación de ineptitud.

Pero cuando aceptas como cierto
que me siento como me siento,
por muy irracional que resulte,
puedo dejar de intentar convencerte
 y pasar a la cuestión de comprender
 qué se esconde detrás de
esa sensación irracional.

Y, cuando eso está claro,
 las respuestas resultan obvias
y no necesito consejos


 
Ralph Roughton

Rasgos del pensador positivo


En el libro "El Poder del Pensamiento Positivo en las Empresas" Scott W. Ventrella nos habla de los diez rasgos del pensador positivo. Tras leer la breve descripción de cada una de éstos, reflexiona cuantos de ellos estás poniendo en práctica en tu dia a dia. Y planteate si podrias desarrollar alguno de ellos.

- Optimismo: Creer y esperar resultados positivos, incluso en momentos de dificultad retos o crisis.

- Entusiasmo: Tener altos niveles de interés, energía positiva, pasión o motivación personal.

- Creencia: Creer en uno mismo, en los demás y/o en un poder espiritual superior que nos sirva de apoyo y guía en momentos de necesidad.

- Integridad: Tener un compromiso personal con la honestidad, la franqueza y la justicia. Vivir de acuerdo con sus propias normas y defenderlas.

- Valor: Estar dispuesto a asumir riesgos y superar temores, incluso cuando el resultado es incierto.

- Confianza: Estar personalmente seguro de sus propias habilidades, capacidades y potencial.

- Determinación: Perseguir incansablemente una meta, un propósito o una causa.

- Paciencia: Estar dispuesto a esperar el momento oportuno, la disponibilidad correcta o resultados de uno mismo y de otros.

- Calma: Mantener la serenidad y procurar equilibrar la vida cotidiana frente a las dificultades, los desafíos o las crisis; tomarse el tiempo necesario para reflexionar y pensar.

- Enfoque. tener la atención dirigida mediante el establecimiento de metas y prioridades.