domingo, 27 de junio de 2010

Teoría de la Estupidez

En varios posts os presentaré la Teoría de la Estupidez formulada por el historiador económico italiano Carlo Maria Cipolla que tenía un enfoque humanista y estudió las causas que han provocado determinadas situaciones económicas y sociales a lo largo de la historia.




En su libro "Allegro ma non troppo" (1988) nos muestra que existen varias categorias fundamentales de personas. Todos los seres humanos están incluidos en una de estas cuatro categorías fundamentales: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos.





Los Incautos: Podemos recordar ocasiones en que un individuo realizó una acción (es decisivo que sea él quién la inicie), cuyo resultado fue una pérdida para él y una ganancia para nosotros. Habíamos entrado en contacto con un incauto.





Los Inteligentes: Igualmente nos vienen a la memoria ocasiones en que un individuo realizó una acción de la que ambas partes obtuvimos provecho. Se trataba de una persona inteligente.


Una persona inteligente puede alguna vez comportarse como una incauta, como puede también alguna vez adoptar una actitud malvada. Pero, puesto que la persona en cuestión es fundamentalmente inteligente, la mayor parte de sus acciones tendrán la característica de la inteligencia.




En determinadas circunstancias una persona actúa inteligentemente, y en otras circunstancias esta misma persona puede comportarse como una incauta. La única excepción importante a la regla la representan las personas estúpidas que, normalmente, muestran la máxima tendencia a una total coherencia en cualquier campo de actuación.





Los Malvados: Todos nosotros recordamos ocasiones en que, desgraciadamente, estuvimos relacionados con un individuo que consiguió una ganancia causándonos perjuicio a nosotros. Nos encontramos frente a un malvado.



Existen diversos tipos de malvados; el malvado perfecto es aquél que con sus acciones causa a otro pérdidas equivalentes a sus ganancias. Otro tipo de malvados son aquellos que obtienen para sí ganancias mayores que las pérdidas que ocasionan en los demás, esos son deshonestos y con un grado elevado de inteligencia, pero la mayoría de los malvados son individuos cuyas acciones les proporcionan beneficios inferiores a las pérdidas ocasionadas a los demás. Este individuo se situará muy cerca del límite de la estupidez pura.






Los Estúpidos: Nuestra vida está salpicada de ocasiones en que sufrimos pérdidas de dinero, tiempo, energía, apetito, tranquilidad y buen humor por culpa de las dudosas acciones de alguna absurda criatura a la que, en los momentos más impensables e inconvenientes, se le ocurre causarnos daños, frustraciones y dificultades, sin que ella vaya a ganar absolutamente nada con
sus acciones.



Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que hace. En realidad no existe explicación -o mejor dicho- solo hay una explicación, la persona en cuestión es estúpida.




La mayoría de las personas estúpidas son fundamentalmente y firmemente estúpidas, en otras palabras, insisten con perseverancia en causar daños o pérdidas a otras personas sin obtener ninguna ganancia para sí, sea esto positivo o negativo. Pero aún hay más. Existen personas que con sus inverosímiles acciones, no solo causan daños a otras personas, sino también a sí mismos. Estas personas pertenecen al género de los superestúpidos.









“Tengo la firme convicción,

avalada por años de observación

y experimentación,

de que los hombres no son iguales,

de que algunos

son estúpidos

y

otros no lo son.”


Carlo Cipolla

domingo, 20 de junio de 2010

Cambio profundo

La teoría sobre el cambio la sabemos todos, sin embargo aplicamos en el día a día la resistencia al mismo. ¿O tu no te resistes a esos cambios que aunque sabes que te irá bien no acabas de cambiar de hábitos o actitud?

Para que exista cambio, no es suficiente con hacerte consciente y entender la situación, tampoco lo es simplemente apelar a tus emociones, ó a tu voluntad.

En ocasiones, hay personas que cometemos el error de pensar que diciéndole a alguien lo qué necesita y plantearle las consecuencias de no hacerlo se logrará un cambio. ¿Esto te ha funcionado? ¿Y a la otra persona?

Es posible que lo logre por un tiempo determinado, pero difícilmente se podrá sostener en el largo plazo.

Para cambiar, a las personas no nos es suficiente con saber ó entender más, ni con desear ó temer más.

Las personas no actuamos simplemente a partir de la información que tenemos, los recursos de los que disponemos y la motivación que recibimos. Actuamos también de acuerdo a la forma que tenemos de observar la realidad y darle sentido... Parate a pensar por un momento cuál es tu forma de ver la realidad.

Cada uno de nosotros interpreta el mundo de una determinada manera y tiene una forma de pararse ante la vida y de encontrar coherencia a sus experiencias.
Miramos el mundo y a nosotros mismos, según el tipo de observador que somos.


Para un cambio profundo tenemos que cambiar el tipo de observador que somos, ¿estás dispuesto a modificar esta visión de la realidad?.

Quedarse con la visión cortoplacista unicamente te reportará beneficios inmediatos, sin embargo si tienes una visión a largo plazo podrás mantener esos beneficios y serán sostenibles en el tiempo.





domingo, 13 de junio de 2010

¿El dinero compra la felicidad?


El dinero podrá comprar:
una cama pero NO el sueño,
comida pero NO el apetito,
adornos pero NO belleza,
una casa pero NO un hogar,
medicina pero NO salud,
lujo pero NO cultura,
libros pero NO cerebro,
diversión pero NO felicidad,
un crucifijo pero NO un Salvador,
una silla en la iglesia pero NO el Cielo.