miércoles, 14 de julio de 2010

A todos, a vosotros...

A TODOS,
a vosotros,
los silenciosos seres de la noche
que tomaron mi mano en las tinieblas,
a vosotros,lámparasde la luz inmortal,
líneas de estrella,
pan de las vidas,
hermanos secretos,
a todos, a vosotros,digo:
no hay gracias,
nada podrá llenar
las copas de la pureza,
nada puede contener todo el sol
en las banderas de la primavera invencible
,como vuestras calladas dignidades.
Solamente pienso que
he sido tal vez digno
de tanta sencillez,
de flor tan pura,
que tal vez soy vosotros,
eso mismo, esa miga de tierra,
harina y canto, ese amasijo natural
que sabe de dónde sale
y dónde pertenece.
No soy una campana
de tan lejos,
ni un cristal enterrado tan profundo
que tú no puedas descifrar,
soy sólo pueblo,
puerta escondida,
pan oscuro,
y cuando me recibes,
te recibesa ti mismo,
a ese huésped
tantas veces golpeado
y tantas veces renacido.
A todo, a todos,
a cuantos no conozco,
a cuantos nunca oyeron este nombre,
a los que viven
a lo largo de nuestros largos ríos,
al pie de los volcanes,
a la sombra sulfúrica del cobre,
a pescadores y labriegos,
a indios azules
en la orilla de lagos
centelle antes
como vidrios,
al zapatero que a esta hora
interroga clavando el cuero
con antiguas manos,
a ti, al que sin saberlo
me ha esperado,
yo pertenezco
y reconozco
y canto.

Pablo Neruda

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