lunes, 28 de mayo de 2012

Cuando te pido que escuches




Cuando te pido que escuches
y te pones a darme consejos,
no estás haciendo lo que te pido.

Cuando te pido que me escuches
y te pones a decirme por qué no debería sentirme de ese modo,
estás hiriendo mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches
y te parece que debes hacer algo para solucionar mi problema,
me has fallado, por extraño que parezca.

¡Escucha!
Sólo pedía que escucharas;
 no que hablaras o hicieras algo,
sólo oírme…

Puedo valerme por mi mismo,
no estoy indefenso.

Cuando haces algo por mí
que puedo y necesito hacer yo mismo,
 incrementas mi temor y mi
sensación de ineptitud.

Pero cuando aceptas como cierto
que me siento como me siento,
por muy irracional que resulte,
puedo dejar de intentar convencerte
 y pasar a la cuestión de comprender
 qué se esconde detrás de
esa sensación irracional.

Y, cuando eso está claro,
 las respuestas resultan obvias
y no necesito consejos


 
Ralph Roughton

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