domingo, 11 de septiembre de 2011

El Helecho y el Bambú

Dedicado a Lorena







Un día decidí darme por vencido…renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para tener una última charla con Dios. 'Dios', le dije. ¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?'

Su respuesta me sorprendió…'-Mira a tu alrededor', Él dijo.

'Ves el helecho y el bambú?' - 'Sí', respondí. 'Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua.

El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú.

-Pero no renuncié al bambú.' Dijo Él.'En el tercer año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié' me dijo.

'En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú.'No renuncié' dijo.

'Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.

Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 100 pies de altura (20mts). Se había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.

'No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar'.

Él me dijo.

'¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?'. 'No renunciaría al bambú. Nunca renunciaría a ti. 'No te compares con otros' me dijo.

'El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso'.

'Tu tiempo vendrá' Dios me dijo. '¡Crecerás muy alto!'

'¿Qué tan alto debo crecer?' pregunté. '¿Qué tan alto crecerá el bambú?' me preguntó en respuesta . '¿Tan alto como pueda?' Indagué.

Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida. Continúa…

La felicidad te mantiene Dulce. Los intentos te mantienen Fuerte. Las penas te mantienen Humano. Las caídas te mantienen Humilde. El éxito te mantiene Brillante. Pero sólo Dios te mantiene Caminando...

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá sólo estés echando raíces...

lunes, 29 de agosto de 2011

RECORDATORIO:Yo me merezco ser feliz







Yo me merezco todo lo bueno, no algo, o un poquito, sino TODO lo bueno.
Ahora disuelvo cualquier pensamiento negativo o restrictivo.


Me libero y disuelvo todas las limitaciones del pasado.

No me ata ningún miedo ni limitación de la sociedad en la que vivo.


Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente tengo libertad absoluta.
Ahora entro a un nuevo espacio en la conciencia, en donde me veo de forma diferente.



Estoy creando nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida.

Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias.

Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo.

Y por lo tanto recibo multitud de bienes.

La totalidad de las posibilidades está ante mi.



Merezco la vida, una vida buena.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco muchas cosas más que todo eso: merezco todo lo bueno.



El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias y yo acepto la abundancia de esta vida con alegría, placer y gratitud. Porque me lo merezco, lo acepto y sé que es verdad. Así Es. Gracias Amado Universo.

Louise Hay

domingo, 14 de agosto de 2011

Vivir el DIA a DIA






“Hay dos días en cada semana de los que no deberíamos preocuparnos;

dos días que no deben causarnos temor ni recelos.



Uno de estos días es AYER,

con sus engaños e inquietudes, sus errores y penalidades.


AYER pasó para siempre de nuestro control.

Todo el dinero del mundo no volverá a traernos AYER.
No podremos anular cualquier cosa que hicimos
ni volvernos atrás de cualquier palabra que pronunciemos.

AYER pasó para siempre.



El otro día que no debe preocuparnos es MAÑANA,

con sus posibles adversidades, sus cargas, sus muchas promesas

y escasos cumplimientos.


MAÑANA no cabe duda de que saldrá el sol,

resplandeciente o cubierto de nubes, pero saldrá.

Hasta que salga, no tenemos ningún punto de apoyo en MAÑANA,

pues no ha nacido todavía.




Sólo nos queda por tanto un día: HOY.
Cualquier hombre puede librar únicamente las batallas de un día.

Sólo cuando unimos las preocupaciones de esas dos horribles eternidades:


AYER y MAÑANA, es cuando sufrimos un descalabro.
No es la experiencia de HOY, con todo lo que pueda deparar,

lo que conduce al hombre a la locura;

es el remordimiento y la amargura por algo que pasó AYER

y el miedo a lo que MAÑANA pueda traer.



Vivamos por tanto sólo DÍA a DÍA”

domingo, 7 de agosto de 2011

ADVERTENCIA: Leer relatos mejora seriamente tu salud mental

Resulta bastante misterioso el hecho de que, aun cuando el corazón humano ansía la Verdad, pues sólo en ella encuentra liberación y deleite, la primera reacción de los seres humanos ante la Verdad sea una reacción de hostilidad y de recelo.

Por eso los Maestros espirituales de la humanidad, como Buda y Jesús, idearon un recurso para eludir la oposición de sus oyentes: el relato. Ellos sabían que las palabras más cautivadoras que posee el lenguaje son: “Érase una vez...”.

Y sabían también que es frecuente oponerse a una verdad, pero que es imposible resistirse a un relato. Vyasa, el autor del “Mahabharata”, dice que, si escuchas con atención un relato, nunca volverás a ser el mismo, porque el relato se introducirá en tu corazón y, como si fuera un gusano, acabará royendo todos los obstáculos que se oponen a lo divino.


Aunque leas por puro entretenimiento los relatos que figuran en este blog, no hay ninguna garantía de que alguno de ellos no acabe deshaciendo tus defensas en un momento dado y explote cuando menos lo esperes.


¡Estás avisado!






Si eres lo bastante temerario como para buscar la iluminación, te propongo una actividad para ello:



(A).- Escoge un relato, uno de los muchos que puedes encontrar en este blog, y llévalo en tu mente durante el día, de modo que puedas meditar en él en los momentos de ocio. Ello te permitirá ir “trabajando” tu subconsciente, y se te revelará su sentido oculto. Te sorprenderá comprobar cómo te viene, de un modo absolutamente inesperado, justamente cuando necesitas que te ilumine un acontecimiento o una situación y te proporcione perspicacia y bienestar interior. Será entonces cuando comprenderás que, al “exponerte” a estos relatos, estás asistiendo a un Curso de iluminación para el que no necesitas más “guru” que tú mismo.



(B).- Dado que cada uno de estos relatos es una revelación de la Verdad, y dado que la Verdad con “V” mayúscula significa la verdad acerca de ti, cerciórate de que, cada vez que leas un relato, estás buscando resueltamente un más profundo conocimiento de ti mismo. Se trata de que lo leas como si leyeras un libro de medicina -tratando de averiguar si padeces alguno de los síntomas que en él se describen-, no como si leyeras un libro de psicología -aplicando a todos, menos a ti mismo, las distintas rarezas y neuropatías-. Si cedes a la tentación de imaginarte a los demás, los relatos te harán daño.







El Mullah Nasrudin sentía un amor tan apasionado por la verdad que viajaba a los más remotos lugares en busca de expertos en el Corán, y no tenía ningún reparo en enzarzarse en discusiones acerca de las verdades de su fe con los infieles con quienes se topaba en el bazar.



Un día, su mujer le recriminó lo mal que la trataba... ¡y descubrió que su marido no tenía el menor interés en aquella clase de Verdad!



Y, sin embargo, es ésta la única clase de verdad que importa. De hecho, nuestro mundo sería muy diferente si aquellos de nosotros que somos expertos o ideólogos, ya sea en lo religioso o en lo secular, sintiéramos por el auto-conocimiento la misma pasión que manifestamos por nuestras teorías y dogmas.

“¡Excelente sermón!”, le dijo el feligrés al predicador mientras le estrechaba la mano. “Todo cuanto ha dicho le viene como anillo al dedo a más de uno que yo conozco...”.








¿Lo ves?